Ana, ¿te vienes al pueblo? - Vale, vamos a pasar frío
Llegó el momento. Cogí carretera p'alante y con las vistas de la montaña algo nevada al fondo íbamos haciendo planes para cuando volviese a nevar subir a lo alto de la montaña y ver esos paisajes nevados que imaginabamos en esos momentos sin saber que al otro lado se iban a poder contemplar a pie de carretera. Cuando atravesamos la montaña un blanco y espléndido paisaje nos esperaba al otro lado: la carretera limpia y a pocos metros los pinos, tejados y campos blancos. Según iba dejando la autopista ese paisaje se iba diluyendo. Se veía el contraste del color del paisaje al natural y lo blanco de la nieve.
Al llegar al pueblo decidimos salir a dar una vuelta con el perro por el pinar y el campo. Allí sí que se podía pisar la nieve, nieve que para mayor sorpresa estaba blandita. En una de esas me quedo un poco rezagada para hacer una bola de nieve y empezar una guerra. En esos momentos parecíamos enanos y es que disfrutábamos como ellos con la nieve. Por unos instantes se puso a nevar, estábamos distanciados de la casa pero mirando al cielo se podía ver el cielo azul manchado de nubes blancas excepo el negro nubarrón que teníamos encima. Al alcanzar esos claros del cielo y ponernos bajo ellos dejó de nevar.
En cuanto al resto del tiempo parecía que me hubiese picado la mosca tse, tse. A pesar del frío que hacía en la casa inhabitada eso no impedía que me diese alguna cabezadita entre escena y escena de las películas que pusimos. Y es que como eran de DVD cabía la posibilidad de volver a verlas en otro momento si me dormia. Lo malo es que me vi los finales de todas, bueno, una la vi al completo eso sí, ya la había visto en su día.